Palabras de aliento para tiempos difíciles

Transcurría la vida posiblemente un día como muchos otros, en ocasiones consciente de todo cuanto tienes y otras inmerso en la cotidianidad, de repente la vida cambia de rumbo y te toca perder a alguien o algo, sin aviso, sin preguntar, sin explicación alguna, sin merecerlo, sólo sucedió, las cosas en la vida no suceden como premios o castigos, sólo suceden eso es todo. No lo buscaste, no lo merecías, no importa si eres buena o mala persona, al final a la gente buena le pasan cosas buenas y malas, a la gente mala también.

En estos tiempos donde de alguna u otra manera todos hemos perdido a alguien o algo, hablar de las pérdidas, el dolor y el duelo, es acompañarnos en un proceso para sanar o ayudar.

La pérdida inevitablemente trae dolor, en distinta intensidad, pero al final dolor, el cual merece todo el respeto y atención. En ocasiones duele tanto que inhabilita, e incluso pareciera que no habrá fin a tan profundo dolor, imposible ver a lo lejos, se nubla la vista porque los ojos están llenos de lágrimas, es entonces cuando empieza el transitar por el duelo.

Cada duelo es un traje hecho a la medida de una persona, habrá que vivirlo despacio, pero sin pausa, cada persona irá a su tiempo, aplicar el “un día a la vez” para ir reconstruyendo, incluso recogiendo los pedacitos de ese corazón que de momento está roto. Tener ese dolor no es tu culpa, tú no lo generaste, no lo buscaste, pero ahora es tuyo y tienes que hacerte cargo de sanarlo, darte la oportunidad de volver a ser feliz.

Y ¿Cómo transitar este duelo? ………. Con fe y amor; al referir al amor no se trata de reducirlo a nivel de un sentimiento, es entender al amor como fuerza vital, como la energía que te mueve, como el más alto nivel de vibración de la energía, el amor por todo lo que haces, amar todo lo que tienes, hacer del amor una actitud ante la vida. La muerte y la pérdida no te van a vencer porque tienes algo superior, y eso se llama amor.

Sujétate con fuerza de tus creencias, alimenta el espíritu, recurre a tus redes de apoyo que pueden ser la familia o amistades, es válido pedir ayuda de un terapeuta, psicólogo o tanatólogo; el acompañamiento en el proceso de duelo, es que puedas escuchar tu interior y reconstruirte. Confía en ti y en tu poder, para dar un sentido a la pérdida y un resignificado al dolor, nadie dijo que sea fácil, pero es posible. La vida no volverá a ser como antes era, pero siempre hay la posibilidad de revivir.

Me permito compartirte esta frase que leí en un momento de profundo dolor y la llevo tatuada en el corazón.

“No sabía lo fuerte que era, hasta que ser fuerte fue mi única opción”

Con respeto, espero que mis palabras te acompañen, 
Pilar